Informe de prueba ORAN del Departamento de Comercio de EE. UU.: Los avances tecnológicos se enfrentan a la realidad del mercado
Esta semana, la Administración Nacional de Telecomunicaciones e Información (NTIA) publicó los resultados de una prueba "Open RAN" de dos años, que muestra que si bien la tecnología Open RAN ha superado la etapa inicial, llevará tiempo alcanzar la misma madurez que las soluciones tradicionales de un solo proveedor.
La NTIA es una agencia del Departamento de Comercio de EE. UU., parte de su responsabilidad es brindar asesoramiento sobre políticas de telecomunicaciones al presidente.
El programa se anunció durante la administración Biden en 2022 y tiene como objetivo "acelerar la adopción de interfaces abiertas, componentes interoperables y soluciones multiproveedor para promover el desarrollo de un ecosistema 5G abierto". Actividades de competencia.
Se dice que Radisys, Capgemini, Mavenir y Fujitsu participaron en el desafío de 2022. Mavenir, NewEdge, Radisys, Fujitsu y GXC participaron en el evento de 2023.
Los avances tecnológicos y la brecha entre la realidad
El informe de pruebas de la NTIA (enlace al informe al final del artículo) describe el estado actual de la RAN abierta con un conjunto de datos:
Cuatro de los proveedores han logrado con éxito la interconexión en red de equipos entre proveedores, completando la interconexión de O-CU, O-DU y O-RU de diferentes proveedores a través de la interfaz Xn y logrando la conmutación de llamadas en la interfaz N2/Xn.
Esto demuestra que la tecnología de interfaz RAN abierta ha logrado avances sustanciales, pero el informe también señala que, en comparación con la solución de un solo proveedor, todavía existe una brecha significativa en la madurez del software de RAN abierta, especialmente en la actualización de los algoritmos de IA/ML necesarios para la optimización de la red.
En la prueba participaron productos de casi 20 entidades, y la NTIA no divulgó la lista de empresas que la aprobaron. Esta práctica de "solo proporcionar resultados, pero no listas" ha generado especulaciones en la industria sobre la integridad de la prueba.
La competencia industrial bajo la presión de los impulsores de políticas
Detrás de esta competencia tecnológica se encuentra la profunda proyección de la competencia tecnológica chino-estadounidense. El "Plan Open RAN", lanzado durante la administración Trump, es esencialmente una extensión estratégica de la "dessinización" de las redes de comunicación.
La NTIA, bajo el Departamento de Comercio de EE. UU., apoya a las empresas locales a través de un plan de financiación de 1.500 millones de dólares, y el Departamento de Defensa ha incluido la RAN abierta en la lista de adquisiciones militares.
Sin embargo, la realidad es contraria a lo esperado:
Mavenir y Parallel Wireless, fabricantes estadounidenses que intentan sustituir a Huawei y ZTE, atraviesan dificultades financieras; AT&T, que afirma adoptar plenamente la RAN abierta, todavía depende en gran medida de los equipos de Ericsson para su red.
Lo más irónico es que Dish Network, considerada un referente en materia de "dessinización", tiene una red RAN abierta formada por 24.000 estaciones base y el equipamiento principal procede principalmente de Samsung: este fabricante coreano no es un fabricante de equipos tradicional ni una empresa estadounidense local.
Lo único bueno es que Airspan en Estados Unidos parece haberse convertido en un proveedor revitalizado de RAN abierta, con la esperanza de ocupar una mayor cuota de mercado.
Dilema de cooperación y disputa estándar
El daño fatal de la RAN abierta se debe principalmente a la dificultad de colaboración entre la industria (ecosistema). Los tres principales obstáculos revelados por las pruebas de la NTIA son muy representativos:
Agujero negro de financiación: falta de fondos especiales para solucionar problemas de compatibilidad de software entre proveedores; déficit de confianza: las empresas se muestran reacias a compartir códigos centrales, lo que dificulta la integración de interfaces; rigidez del sistema: algunos subsistemas están diseñados para ser específicos de cada cliente, lo que les impide ser abiertos. «Cuando surgen problemas, los fabricantes primero se culpan entre sí en lugar de colaborar para resolverlos», reveló un representante de una empresa participante en la prueba. Esta situación, en la que cada uno actúa por su cuenta, contrasta irónicamente con el «ecosistema multiproveedor» que esperan los responsables políticos.
Lo que es más difícil es que los estándares Open RAN que Estados Unidos está intentando promover están encontrando resistencia internacional: los operadores europeos generalmente exigen que se conserven las rutas técnicas de los fabricantes de equipos tradicionales, mientras que los fabricantes asiáticos están dando un paso adelante para construir su propio ecosistema.
A pesar de las muchas contradicciones, la NTIA todavía pinta una perspectiva optimista para la RAN abierta: al establecer un sistema global unificado de pruebas y certificación, promoverá la iteración tecnológica y la colaboración de la industria.
Sin embargo, «la RAN abierta no debería ser una herramienta para el nacionalismo tecnológico», señalaron los analistas de la industria de las comunicaciones. Cuando los objetivos políticos entran en conflicto con las leyes tecnológicas, Estados Unidos se enfrenta a una difícil decisión:
¿Debería seguir impulsando la “solución no China” y provocar una fragmentación ecológica, o debería respetar el desarrollo tecnológico y las leyes del mercado para construir un ecosistema verdaderamente abierto?